RELOJ DE PULSERA
José María Valverde
Ni al desnudarme suelto el leve yugo:
sin reloj ya no sé dormir siguiera.
No tengo libertad, y vano fuera
fingir dejar mi hierro y mi verdugo.
El me ata a los demás, al mundo activo:
es la rueda en que engrano con la vida.
Si despierto en lo oscuro, su medida
me liga a tierra firme, me hace vivo.
Pero a la vez, con cuchicheo suave,
en secreto me insiste en el recado
de mi muerte y su cita: me recuerda
que me esperan allá, y que cuando acabe
me escaparé yo solo por mi lado:
libre, entonces no habré de darle cuerda.
Reloj de pulsera es un soneto del autor José María Valverde, poeta, traductor y ensayista español que comienza escribiendo con una ideología claramente cristiana y que poco a poco va evolucionando hacia el marxismo, pero sin dejar a un lado el cristianismo.
Este es un soneto 'contemporáneo' en el que el autor juega con deliberadas irregularidades para evitar la monotonía. Por eso, entre el primer y el segundo terceto hay un encabalgamiento, en el que el primer verso del último terceto continúa la oración del verso anterior. Esto tiene una consecuencia sintáctica que divide -sintácticamente- el contenido del soneto en tres partes: primer cuarteto, segundo cuarteto y por último un terceto.
Este poema tiene ciertas similitudes con el poema de Julio Cortázar Instrucciones para dar cuerda a un reloj (texto tratado en la entrada anterior de este blog). En los dos poemas el reloj aparece como el dueño ya que es este objeto quien domina a su poseedor. Además, los dos autores incluyen una personificación del reloj en sus respectivos textos, en el caso de Reloj de pulsera el autor se refiere al reloj como 'mi verdugo'. El reloj es, por lo tanto, el dueño, el imperativo.
Los dos poemas se escriben en torno a la poesía de 1960, esta poesía se caracteriza por dos aspectos: por un lado, era una poesía social, por otro lado, en la década de los 60 la poesía se propone hablar al hombre de la calle.
El autor nos presenta el reloj como un objeto o elemento que simboliza algo que quita libertad: el tiempo. El reloj, limitado por el tiempo, nos engrana con el resto de la sociedad. El reloj es el tiempo, que está limitado por la muerte. Como consecuencia de lo anterior, llegará un momento en el que deje su reloj -la muerte-.
El último aspecto que debemos señalar de este soneto es la puntuación que emplea su autor al escribirlo. Esta puntuación es objetiva, en lo que al sentido del poema se refiere, y es también subjetiva, puesto que el autor emplea una serie de signos de puntuación (coma, punto y coma) de manera expresiva para resaltar el contenido anterior o diferenciar entre dos aspectos diferentes que se tratan en el mismo verso (véanse los versos de los dos tercetos).
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